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En los últimos 10 años, BMW ha estado involucrada en la Fórmula 1, ya sea como proveedor de motores o como escudería. Una década en la que las cosas le fueron mucho mejor como motorista que como fabricante. De la mano de Williams la firma bávara logró sus principales éxitos. Con Juan Pablo Montoya y Ralf Schumacher al volante de aquellos Williams-BMW blancos y azules, pudieron incluso soñar con un título que gracias al Kaiser fue sólo eso, un sueño.

Los años pasaron y BMW quiso crecer. Con Sauber alcanzó la madurez y se dio cuenta de que es más sencillo poner un motor que tratar de hacerlo todo uno mismo. Dos temporadas iniciales de “prueba”, un año prometedor con victoria incluida y un último campeonato de desastre, casi, total es el recuerdo que nos dejará la última época de BMW en el Gran Circo.

BMW-Sauber. Despedida y cierre


Tras cuatro temporadas como escudería-constructor-motorizador, BMW-Sauber se despide del Gran Circo. La crísis se lleva por delante a la escudería que nos deslumbró en 2008 y que tanto defraudó esta misma temporada. A pesar de ello, una “digna” segunda parte del campeonato le ha permitido colocarse como la sexta escudería, justo entre Toyoya y Williams F1. Aunque la verdad, sabe a poco tras las esperanzas que habíamos puesto en ellos. Por cierto, ¿alguien se acuerda que estas dos escuderías comenzaron con la ventaja del doble difusor… el de Brawn me parece que era mejor?

En estos cuatro años, BMW-Sauber ha logrado 1 victoria, 1 pole position, 12 podios y 269,5 puntos, obtenidos, en su gran parte, por Robert Kubica y Nick Heidfeld. Sebastian Vettel y Jacques Villeneuve también pasaron por la escudería germano-suiza, pero con menor relevancia. 1 punto para el alemán, 7 para el canadiense. Por su parte, polaco y alemán, en estos últimos años se habían convertido en la pareja más asentada del campeonato y que ahora tendrá que partir peras.

La victoria de Kubica en el Gran Premio de Canadá de 2008 fue el punto álgido de la escudería, que incluso pudo soñar con el título gracias al bien hacer del polaco. Pero a partir de ahí, una cuesta abajo. El último podio de Kubica en el Gran Premio de Brasil sabe a agridulce despedida. Se esperaba más de BMW-Sauber y de haber sido así, quizás ahora mismo no estaríamos hablando de la marcha del gigante automovilístico alemán. El futuro de Qadbak-Sauber nada tendrá que ver con quien despedimos hoy. BMW-Sauber, adiós y gracias.